Por Laura Gutiérrez Franco
El COVID-19 obligó a todas las empresas y personas a replantearse la forma de trabajar y aquello que más se valora de un espacio de trabajo. Debido a la necesidad de distanciamiento social originado por la pandemia, compañías de todos los sectores: fabricación, venta minorista, comida, entretenimiento y servicios profesionales, por mencionar algunas, tuvieron que dejar sus lugares de trabajo físicos y adaptarse al teletrabajo, según relata un documento de WeWork.
Después de pasar meses en confinamiento, las empresas se han dado cuenta de que esa forma de realizar las actividades laborales no es un método viable de manera permanente.
Las oficinas seguirán siendo importantes para muchas compañías y colaboradores por los beneficios que provee y los cuales son más esenciales que nunca, como capacitaciones, tutorías y sentido de colaboración. Ya se han comenzado a ver ciertas limitaciones del trabajo remoto e incluso algunos inconvenientes como más horas dedicadas que las correspondientes, agotamiento y pérdidas a largo plazo en productividad.
De acuerdo con un documento publicado por Hamilton Place Strategies una firma estadounidense de análisis en asuntos públicos en alianza con Replica, las principales dificultades que se han encontrado al trabajar desde casa son:
50% de las personas se sienten menos conectados con sus compañeros de trabajo.
45% se sienten menos productivas.
36% se sienten menos positivas respecto a sus carreras y crecimiento.
Queda claro que la comunicación cara a cara es particularmente importante para la solución de problemas complejos de forma creativa. Los equipos que suelen trabajar de manera presencial tienen más facilidad para generar confianza y tomar decisiones rápidamente.
Además, las reuniones y la colaboración en persona son vitales para mantener al personal motivado y generar nuevas ideas, aunado a la naturaleza del ser humano como una criatura social y de contacto interpersonal lo cual beneficia la salud mental y física.
Un estudio realizado por Gensler, una agencia global de insights, indica que únicamente el 12% de las personas en Estados Unidos desea trabajar todos los días desde casa y la mayoría quiere regresar a las oficinas siempre y cuando se tengan los protocolos de salud adecuados. Las principales razones por las que el 70% de las personas extrañan sus lugares de trabajo son las reuniones con sus compañeros, socializar, resolver cara a cara los temas laborales, ser parte de una comunidad y el acceso a la tecnología. El 76% de las personas estudiadas respondieron que llevar a cabo sus actividades en una oficina les daba sentido de colaboración e innovación.
Asimismo, un estudio realizado por CivicScience, compañía estadounidense de soluciones en marketing, encontró que el 35% de las personas desean un regreso seguro a la oficina y a un 34% les gustaría un esquema flexible de trabajo, es decir, laborar algunos días en casa y otros desde una oficina.
También se encontró que la Generación Z y los Milennials, no quieren ser las generaciones de reuniones por Zoom. El 81% de los Milennials encuestados y el 82% de la Generación Z, dijeron sentirse menos conectados con la empresa trabajando desde casa; el 57% de los Milennials y el 61% de la Generación Z mencionaron que la cantidad de tiempo que pasan en reuniones por videollamada dificultan que el trabajo se realice a tiempo e incluso la calidad se ve afectada.
Para comenzar a planificar seriamente el regreso de los colaboradores de una manera que se equilibre efectivamente la productividad, la colaboración y la seguridad, se tendrán que considerar tres importantes dimensiones: espacio, geografía y tiempo.
Espacio suficiente para mantener una sana distancia entre todos los colaboradores.
La geografía jugará un papel muy importante. El 70% de los encuestados en un estudio realizado por CivicScience, mencionan que es esencial para ellos que su lugar de trabajo se encuentre a poca distancia de su casa ya que se sentirían más seguros y cómodos si no tienen que trasladarse grandes distancias. Las compañías tendrán que pensar en adoptar el modelo hub-and-spoke que consiste en tener algunas de sus oficinas centralizadas, mientras que otras pequeñas sedes puedan estar alrededor de la ciudad.
El tiempo también ahora es un factor de suma importancia para todos. Los horarios laborales flexibles maximizarán las oportunidades en el futuro de las formas de trabajo y en un mundo post-COVID19.
El modelo de espacios de trabajo flexibles son una opción rápida y efectiva y WeWork ha hecho la ardua labor de crear lugares seguros que, a la vez, inspiren a seguir creando y trabajando en aquello que más se disfruta, dando a WeWork, una posición única para ayudar a las empresas a volver a las oficinas.
Con WeWork, las empresas no solo tendrán el beneficio de un espacio seguro de trabajo, sino que también contarán con flexibilidad y membresías que se adaptan a cualquier bolsillo y las cuales permiten ahorrar costos al ser todo incluido, es decir, abarcan el pago de servicios como agua, luz, gas e internet. Estos ahorros, cobran especial importancia en momentos donde las condiciones económicas son inciertas.
La pandemia por COVID-19 ha cambiado el sistema laboral como se conocía, por ello, para ser líder en la innovación de espacios de trabajo se debe ver hacia el futuro y ese futuro es la adaptación y flexibilidad, para ello, las compañías de co-working están en una posición única para que las ciudades alrededor del mundo puedan volver a trabajar de manera segura en pro de todos los trabajadores, la economía y el medio ambiente