Redacción / Enlazadot
Huesos de Bolsillo -de la editorial Werstories- es un libro que se presentó dentro de la Feria Internacional del Libro (FIL) y ha atraído a mucha gente por la excelente narrativa del escritor tapatío J.A. Menéndez Conde, quien se ha llevado los aplausos de propios y extraños.
Huesos de bolsillo -nos dice un escrito encontrado en internet- comienza en un edificio del barrio de inmigrantes de Neukölln, Berlín, el día del octavo cumpleaños de Luisa, una valiente niña que toca el timbre de su vecino porque ha escuchado que es un vampiro.
En realidad, su vecino es algo aterrador, un escritor y lector voraz, un tierno chico de veintidós años atormentado por la muerte de sus padres. A partir de aquel cumpleaños sus vidas se entrelazan durante tres décadas.
Su relación, por momentos ambigua, seductora e inquietante, se construye y se destruye a partir de la escritura. Huesos de bolsillo encarna la realidad híbrida y multicultural de un inmigrante cuya identidad no queda limitada a uno u otro lado del charco, es más bien un puzzle de idiomas, culturas y hábitos diferentes.
Para promocionar la obra, y en la línea con la aproximación de weRstories a la literatura, la editorial ha desarrollado una animación y un videojuego relacionados con los personajes de esta novela. Hasta aquí el texto tomando de internet.
El autor es un joven tapatío muy talentoso y vale la pena presumirlo. Ël mismo narra parte de su vida: “nací en Tlaquepaque en 1984, año del título de la novela de George Orwell, una fecha que para muchos ha sido el símbolo de la ignominia, la oscuridad y el colapso moral de la humanidad. El nombre de mi lugar de nacimiento proviene del vocablo náhuatl Tlalipac, que significa sobre las lomas del barro. El 26 de noviembre de 1984, a las 4:15 de una madrugada fría, mi madre daba a luz a una criatura que nacería enferma de la escritura, y que, tiempo más tarde, pasaría primero días y luego meses y años en lo alto de las lomas del barro con los pies bien hundidos en el fango, una red en las manos y los ojos fijos en el cielo más negro, llenos de esperanza por atrapar una estrella”.
Añade que “aunque he vivido en Europa más de la mitad de mi vida, y de tener dos pasaportes, mi única nacionalidad es la mexicana. En mis 37 años he vivido en cuatro países: México, El Salvador, España y Alemania. He trabajado brevemente en todos los empleos del mundo; he sido abogado, telefonista de un call center, panadero, asistente de artistas plásticos y galerías de arte contemporáneo.
Soy licenciado en Derecho y Ciencias Políticas y de la Administración por la Universidad Carlos III de Madrid, y comencé un Máster de Derecho Alemán y Europeo en la Universidad Humboldt de Berlín en el que nunca me gradué, porque, en vez de terminar la tesis, empecé a leer y a escribir cuentos. Uno de estos recibió la mención de honor del IX Premio Bonaventuriano de Poesía y Cuento. Asistí al taller de la escritora Samanta Schweblin durante cuatro años, y en 2021 publiqué un libro de relatos, Los tipos duros no tocan el timbre. Este año se publica mi primera novela, Huesos de bolsillo.
Mi esposa es Anna, y nuestras bestias son la perra Franny, los gatos Leone y Celina, y el conejito Squanchi. Fueron rescatadas en España, México, Italia y Alemania, donde convivimos todos en un piso en Berlín, ciudad en la que he aprendido el difícil arte de la tolerancia y la autoconservación. Soy mucho más feliz cuando leo que cuando escribo”; precisa.